El ex guitarrista del grupo chileno Los Prisioneros Claudio Narea, estuvo en la 14.ª Feria del Libro en Lima para presentar su libro Mi vida como prisionero.
Ahi estuve ansiosa para saber qué tenia que decir este chico (chico es un decir ya que tiene 44 años) sobre su paso por una de las bandas de rock más importantes de Latinoamerica.
Aparece Claudio a eso de las 9pm en un escenario acondicionado como una salita con sus sofás para que un periodista local lo entreviste frente a los asistentes.
Claudio habla rápido, parece nervioso y por momentos no se entiende bien lo que dice, pero queda claro que el libro gira en torno a la amistad y luego enemistad que tuvo con su ex compañero y lider del grupo, Jorge Gonzalez.
Ante las preguntas del periodista, Claudio se defiende afirmando que Gonzalez se metió en su vida de diferentes maneras y que hay muchos "símbolos" que demuestran que Jorge no lo queria y le hizo muchas malas pasadas. Tambien defendió a su ex enamorada Claudia (la que Jorge le quitó y de ahí la separacion del grupo) diciendo que la gente habló muy mal de ella pero que en realidad fue utilizada por Gonzalez.
Todas estas declaraciones me dejaron la idea de que Claudio está resentido y quiere mostrarnos el lado más ruin y poco conocido de su ex compañero Jorge, que es por cierto, muy admirado, por los aficionados al rock en español.
Rencores aparte, Claudio no desaprovecha la oportunidad para brindarnos algo de música y es asi que, después de autografiar algunos libros, empieza el concierto con el apoyo de músicos peruanos.
Inició el show con algunas de sus canciones como solista pero era imposible no incluir temas de Los Prisioneros. "Voy a tocar canciones de mi ex amigo", señaló y se sintieron los acordes de Brigada de negro. La gente le pedía: "sigue tocándote otra de Jorge" y así lo hizo en 5 oportunidades más. Finalizó con Lo estamos pasando muy bien, canción que desató gran euforia entre los asistentes.
Claudio Narea dice que mientras formó parte del grupo se sintió como un verdadero prisionero y ahora se encuentra liberado al haber roto todo tipo de relación con Gonzalez, pero por lo visto, las canciones de Jorge todavía funcionan para animar los conciertos de quien sea.
Después de todo, puede ser su enemigo, pero Claudio reconoce que "a Jorge nadie le quita que sea un gran compositor".
Ir al trabajo por las mañanas soportando el tráfico y la música mañanera de las combis fue demasiado. Por eso, encendí mi reproductor MP3 marca Hitec. Sintonicé radio Telestereo y de pronto una canción llamó mucho mi atención y decidí grabarla en mi reproductor. Esta canción tenia un coro muy simple y pegajoso: "I love you, i love you". Le seguía la parte instrumental de vientos con sonidos de saxofón y trompetas (muy parecida a una canción que compuse hace tiempo para mi mamá y que la tengo grabada en formato Midi pero que nunca se la he mostrado a nadie). Sin embargo, la canción que escuché en la radio me sedujo por su magnífica melodía de las estrofas, por sus juegos de voces y por su aire nostálgico pero festivo a la vez.
Durante todo el recorrido hasta mi centro de labores estuve escuchando esa canción una y otra vez. Me reconfortaba, me alegraba y me hacia olvidar mi estresante trabajo.
Por un mes más seguí escuchando aquella canción desde mi MP3 pero no tenia la menor idea del cantante o grupo que la entonaba. Sin embargo, otro día, ya en una nueva chamba (mucho mejor a la que me dirigía aquella mañana) me puse a investigar en internet. Entré a un buscador y después de probar 20 minutos con diferentes palabras claves, por fin llegué al título y autor de esta obra de arte: "Silly Love Songs" de Paul McCartney.
Me alegró bastante saber que era Paul, ya que si bien nunca he sido fanática de The Beatles ni de la música anterior a los 80, pienso que McCartney tiene un espíritu especial, tal vez ese mismo que escuché en los 90's con "Hope of deliverance".
En fin, Paul nos dice en "Silly Love songs" que, a pesar de que la gente ya está harta de escuchar tontas canciones de amor, no hay nada de malo en decir "te amo".
Y bueno, aquí voy, por si nunca lo dije, mamá: te amo, te amo.
Ya no tengo fuerzas para enamorarme de manera inocente y ciega, sin embargo, puedo decir que amo a mis dioses.
Ellos son en su mayoria compositores y cantantes de diferentes paises que en algun momento de mi vida me sorprendieron y cautivaron con una frase o una melodia magnifica. Los amo, tal vez con demasiada fuerza, porque fueron el pretexto para escribir mis pocas canciones de amor durante mi adolescencia. Tambien los amo porque no son y nunca seran mis novios y por eso nunca tendre el temor de que se vayan con otra.
Quise enamorarme de algun devoto que me acompañe a rezar. Pero por 5 años estuve rezando sola y en el lugar equivocado. Los dioses no se pueden compatir, asi que ya no busco "hermanos" con quienes ir a rezar y tampoco espero que nadie mas se haga oveja de mi pastor.
En fin, el amor por mis dioses-artistas es asi: infinito y brutal. Cuando sientes que ningun mortal vale la pena, miras al cielo y quedan esos seres perfectos que hicieron cosas extraordinarias. Muchos de ellos son famosos y me entrego a ellos imaginariamente, pero siempre con la ventaja de que como son practicamente imaginarios, estaran siempre lejos y por lo tanto, nunca podran hacerme tanto daño.
